viernes, 23 de diciembre de 2016

Por la "tierra de conejos"

Un damán, lo más parecido a un conejo que conocían los fenicios
Muchos recordaréis del colegio la explicación de por qué el nombre histórico de la Península Ibérica fue Hispania (para los romanos, que para los griegos siempre fue Iberia). Se nos decía que significaba "tierra de conejos" y que le había sido dado por la gran cantidad de estos pequeños mamíferos que habitaban estas tierras. Parece que, en realidad, hay dos hipótesis sobre su etimología: una la deriva de la palabra fenicia ispanim (isla de damanes, unos pequeños ungulados muy abundantes en África y Oriente Medio, de alguna forma parecidos a los conejos, que los fenicios no conocían), y la otra, de un personaje mítico, llamado Hispan, nieto de Hércules, que devino en dios y era venerado, entre otros sitios, en las colonias fenicias de la zona de Gades (actual Cádiz). De nombrar al dios pasó a la comarca y de ahí a toda la península. ¡Quién sabe!

El caso es que en el siglo XXI a.C., que es cuando se sitúa nuestro viaje por estas tierras, no hay hispanos, ni íberos (hay mucho debate sobre si vinieron de otras zonas del Mediterráneo o eran autóctonos), ni celtas (llegaron 11 siglos después), ni, por supuesto, celtíberos. Como no hay evidencias escritas de aquella época, no sabemos cómo se llamaban a sí mismos estos primeros pueblos o cómo llamaban a las tribus coetáneas.



Vaso campaniforme del tipo llamado Ciempozuelos
Nos encontramos entre el final del llamado Período Calcolítico local (Edad del Cobre) y los siglos iniciales de la Edad del Bronce. Hay un objeto característico de esta época, tanto que ha dado nombre a una cultura que se extiende, no solo por toda la península, sino por grandes extensiones de Europa: el vaso campaniforme. Son cuencos y vasijas de cerámica con forma de campana invertida, que se usan para cosas diversas, aunque parece que más que un objeto de uso diario es un símbolo de "status", de adorno, acaparado por las "élites" del momento para evidenciar su nivel en la escala social.

A lo largo del territorio se encontraban grupos humanos sedentarios, agrícolas y ganaderos, que representaron el sustrato indígena que dio origen en siglos posteriores a la cultura íbera y a las distintas "tribus" cuyos nombres resuenan en nuestra historia más antigua: arévacos, autrigones, lusitanos, astures, várdulos, cántabros, vascones,...

Se agrupaban en asentamientos fuertemente fortificados (motillas, morras, castillejos), señal de que debían de ser frecuentes los enfrentamientos entre unos y otros. Separados unos 4-5 Kms. entre sí, de manera que se mantuviera el contacto visual de un asentamiento a otro. Las viviendas eran de planta circular, de hasta 6 metros de diámetro, con zócalo de piedra. Las paredes y el techo eran de adobe y materiales vegetales.

Cultivaban trigo, cebada, habas, lentejas,... Y tenían ovejas, cabras, cerdos, vacas y caballos. Completaban su dieta con lo que cazaban: ciervos, jabalíes, uros, conejos,... Ya conocían el proceso de fabricación del queso.

Es curioso que, en lo que actualmente es la provincia de Albacete, es donde más asentamientos se han identificado: 300. De ellos, destacan el de La Morra del Quintanar, en Munera (2000-1500 a.C.) y el de El Acequión, cerca de la capital (2200-1800 a.C.).
Recreación del asentamiento de "Los Millares"

Pero el más espectacular, aunque curiosamente es anterior (por razones que nos son desconocidas, fue abandonado en torno al 2200 a.C.), es el yacimiento de Los Millares, enclavado en el término municipal de Santa Fé de Mondujar (Almería). Se estima que llegó a tener una población de entre 1.000 y 1.500 habitantes, una auténtica urbe para la época. Llaman la atención sus necrópolis, compuestas tanto de tholos (cámaras o tumbas subterráneas, revestidas de piedras, cubiertas por una falsa cúpula de voladizo) como de hipogeos (galerías subterráneas o a pasajes excavados con funciones funerarias). Está situado estratégicamente próximo a las minas de cobre de la sierra de Gádor y al lado del río Andarax, que en aquella época debía de tener un mayor caudal que en la actualidad, siendo posiblemente navegable.

¿Y en el resto de la "piel de toro" (imagen que debemos al geográfo griego Estrabón, aunque todavía faltaban 20 siglos para su nacimiento)? Pues parece que más de lo mismo. Se han descubierto asentamientos similares, aunque más pequeños en extensión, en Vila Nova de Sao Pedro (cerca de Lisboa), Almizaraque (bajo Almanzora), Terrera Ventura (Tabernas), Tarajal (campo de Níjar), los tres en la actual provincia de Almería; Les Moreres (Crevillente - Valencia) ó Cardeñosa (Ávila). 

Llama la atención que se mencionan muy pocos asentamientos por encima de una línea imaginaria que dividiera la península a la altura del río Tajo. ¿No había o no los hemos encontrado todavía? ¿O es que sus construcciones se basaban en otro tipo de materiales que no han dejado huella arqueológica? Pero siempre quedarían sus huesos y sus artefactos, digo yo. Porque los descendientes de los brillantes cromañones que decoraron las cuevas de Altamira, de Santimamiñe ó de Lequeitio bastantes milenios atrás, en algún sitio vivirían. ¿O es que emigraron al sur en busca de sol y playas ;-)?

Bromas aparte, hay explicación para esto. Efectivamente, los pueblos más al norte de la Península Ibérica vivían en aldeas más pequeñas, más dispersas, con mayor actividad cazadora y menos agrícola. También seguían aprovechando las cuevas, habitadas desde tiempos prehistóricos, en las que no había que construir nada. Pero vamos a darnos una vuelta por dos asentamientos:


Comparación del uro con el toro actual
El primero, el yacimiento de La Renke se encuentra en Mijancas-Santurde (actual provincia de Álava), junto al río Rojo. Es de los primeros asentamientos al aire libre de los que se tiene noticia. En la excavación se han identificado 2 niveles: el más superficial, y muy dañado por la acción agrícola, corresponde al Calcolítico (Edad del Cobre), que sería el que nos encontraríamos en nuestro viaje. El más profundo, mejor conservado, es mucho más antiguo, corresponde al Neolítico. Es curioso que en este segundo nivel se han encontrado muchos restos de "Bos taurus" el uro antecesor del toro, lo que podría indicar un cierto nivel de domesticación de estos animales en época temprana.


Modelo de cabaña del poblado de Ilso Betaio
El segundo se encuentra en Vizcaya, en la zona de las Encartaciones, cerca de Sopuerta. Es un poblado de montaña al aire libre conocido como Ilso Betaio. Se realizó una excavación muy exhaustiva durante los diez años de la década de los 80 del siglo pasado. Los investigadores hacen notar que "los restos óseos no se conservan por la doble combinación de la acidez y de la humedad del suelo", y se preguntan si la ausencia de restos cerámicos se debe a la mismas causas. Lo que sí se ha podido determinar es la estructura de las cabañas donde habitaban. Tenían un diámetro de unos 8 a 10 metros, con un "fondo de cabaña" (suelo enlosado) formado por piedras lisas de arenisca. Había un cierto desnivel desde el centro a los bordes de la cabaña. En el centro, con un diámetro de 2,4-2,6 metros y en un espacio terroso, sin piedras, estaba el lugar destinado al fuego (hogar). Otros análisis de los restos de pólenes enterrados en estratos más profundos, permiten deducir que los bosques circundantes en aquella época eran fundamentalmente hayedos (75%) y robledales (15%). 

Pues esto es lo que había en la "tierra de conejos" en el siglo XXI a.C. Faltaban 1.500 años para que artistas íberos esculpieran las maravillosas Damas de Elche y de Baza, otros 200 más (218 a.C.) para que Cneo Cornelio Escipión desembarcara en Emporion (Ampurias) dando comienzo a la conquista romana de Hispania, y otros 330 más (112 d.C. según los últimos descubrimientos, ver "El País") para que, bajo el mandato de Adriano, se construyera el Acueducto de Segovia. 

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Emprendemos viaje hacia el "Creciente Fértil", donde nos espera el rey Shulgi de Ur.
Pero, con las sandalias supersónicas de la Roy.al Manufacturing Corporation, llegamos en un pispás.








4 comentarios:

  1. Muy interesante artículo Ángel.
    Me pasa con los miles de años como con los años luz, que me cuesta entender la distancia. Cuando dices dos mil años antes de cristo por ejemplo, no se si estamos más cerca de los neardenthales o de los romanos. Lo que es la ignorancia :-)
    Gracias por culturizarnos. Un fuerte abrazo.

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  2. En la "tierra de conejos" del siglo XXI a.C. la Navidad y el fin de año, si alguien lo imaginó, lo tomaron por loco. Ciencia ficción :-) Desde la Hispania de 2016, felices fiestas Ángel y lectores del blog. Mis mejores deseos: salud, amistad, amor y paz, cosas que no tienen precio, son una riqueza en sí mismas. También podía haber tocado ayer la lotería, ¿verdad?, pero no, por eso no me habéis visto en la tele jeje.

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  3. A ver, que por aquí me dicen que el fin de año, se celebra desde tiempos de los babilonios, aunque no en enero... Ángel, creo que tienes tema con esto, eh. Lo dicho, felices fiestas!!

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  4. Los almerienses esos de Millares, ¿no tendrían algo que ver con "el pueblo Indalo"?

    Puestos a proponer temas de estudio del pasado, yo creo que tus allegados euskaldunes bien merecemos que dediques algún capítulo a nuestros orígenes (fíjate que, con mi 50% bilbaino, podría pedir una revisión del "Génesis").

    Enfín Angel, cuando vea al querubín subido a la azotea del portal orientando a los Magos y a los pastorcillos, me acordaré de tí.

    Zorionak danorik

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